Crónicas de Ciudad Crónica - II
I - Terencio (Middle Class Hero)
Amigos, estamos nuevamente en Ciudad Crónica, capital de la República Sargentina. Observemos el paisaje, parece sólo una gran ciudad más, algo gris, ruidosa. Las chicas bellísimas son tesoros prohibidos, los muchachos están locos. La ciudad es tal como la describió el escritor costumbrista sargentino, Francisco Cafca en su célebre novela El Proceso de Descomposición Nacional.
Pero… acerquémonos a ese hombre que espera el colectivo para ir a su casa. Ese hombre está preocupado, angustiado. Pero hace planes, la rema como buen sargentino. Sigámoslo.
Terencio Gomma entra a su depto, un típico depto decente y arregladito en el clasemediero barrio de Beautiful Grain. El barrio está cada día más devaluado, pero eso no importa, porque en Sargentina todo se devalúa todo el tiempo. Terencio Gomma y su mujer Celia Hill de Gomma se casaron hace unos años en la Iglesia de la Divina Pandorga. Tienen un pendejo. Son felices a pesar de los momentos jodidos.
- Hola mi amor, cuchicuchi. Te preparé la cena. Hay patys, hamburguesa o carne picada. ¿Qué querés bubunini? ¿Cómo está mi cuchucuchu?
Durante la comida ven TV. El Ministro de Finanzas y Tómbola de Sargentina, Mr. Sunday Horse lo dice claro: « Este es un país de Primer Nivel, señores. No queremos empresitas chicas de cuarta, ni banquitos de morondanga, queremos empresas de nombres lindos como Hypermarket Suckmyass, o General Investments Jerkoff. ¡Acá se acabó el almacén de Don Tito, señores!».
Zapping.
Aparece el conocido comunicador social Bernardino Guebels:
- Estamos mal, pero vamos bien. Ahora lo que hace falta es sacarnos de encima a los negros de mier…
Zapping.
Aparece Mariano Granadina, atildado analista político multiuso, que es tan inteligente que hasta usa anteojos:
- Porque el país, señora, es como un árbol, y si el árbol se cae, entonces…
Zapping.
Una ex vedette que se postula para emperatriz de una provincia se confiesa en un reality show:
- Y si ¿vistes?, voy a cojer con un mandril ante cámaras. Y lo hago porque yo soy una diosa total y al que no le guste que me la chupe bien chup…
Zapping.
Un conocido investigador de OVNIS y fenómenos paranormales se interna en una villa miseria de Lanús.
- …y según los testimonios, aquí, en esta casa, viviría el Niño Hiena...
Zapping.
Zapping.
A los postres, Terencio y su mujer conversan.
- A mí me parece que el país va bien, por lo menos tango el laburo.
- Y claro cuchicú. Fijate que nosotros tenemos todo esto, somos clase media, tenemos el autito. No somos negros de mierda. Vos sos importante cuchicú. Sos contador. Además sos mi cuchicú.
- Claaaro, exacto. Acá la cosa es con los grones, esos la van a tener que pelear mal. Nosotros estamos a salvo, querida, nosotros pertenecemos. Cómo vas a comparar a uno de esos negrochos a una persona con estudios, con buen trato, con corbata… Las diferencias siempre van a existir, pobres hubo siempre, pero con nosotros no se van a meter.
- Además tenemos la video, no te olvides cuchicuchu, y tampoco te olvides de que sos mi nunununo puchununu!
- Acá no queda otra salida: hay que laburar. Con huelgas y protestas no vamos a ninguna parte. Hay que LA-BU-RAR.
- También tenemos la multiprocesadora. Qué inteligente que sos, cuchititititu, mi pununo nununú!!
- Mano dura. Ramal que para, ramal que cierra, privatización, meta palo. Y si protestan, con un caño, ¡ahí firme! Así vamos a salir adelante.
- ¡Además tenemos nuestro departamentito, amor! Terminamos de pagar la hipoteca y tenemos nuestro nidito que es nuestro y nadie nos lo puede quitar! Es mi nidito de amor para mí y mi cuchininu que…
- Bueno, mirá de eso te quería hablar…
- Si, mi cuchicuhininu lindu. Decime, bubi, punuchichititu…
Terencio suspira.
- Mira Celia, estuve haciendo cuentas y no hay caso. No llegamos. Este depto. tiene muchos gastos, mi vida, además la administración son unos ladrones, pagamos casi dos gambas de expensas… Y en la empresa ya empezaron con los recortes salariales, así que tendríamos que vender este depto. La verdad es que lo compramos un poco por encima de lo que podemos…
- No te digo que sos un pelotudo de mierda. Siempre lo dije. Me casé con un pelotudo de mierda. Siempre lo supe. Pero siempre ¿eh?
- Escuchame, yo hago lo que puedo, los números son así, además la cosa va a mejo…
- ¿Y a dónde pensas llevarme, si se puede saber?
- Bueno, vi uno en Avenida Mamancio Lacorta al 1000…
- ¿En esa grasada de barrio? ¡Nunca! ¿Mescuchastes? ¡¡Nunca!! ¡De acá no me sacás! ¡Me divorcio y me pagás este depto porque si no te persigo con el abogado hasta que no te quede ni un centavo! ¿Mentendistes bien? ¡Ni-un-cen-ta-vo!
Como imaginan amigos, convencer a su mujer es la parte más difícil para Terencio. Pero… un viejo líder político, el Coronel Juan Domingo Cangallo lo dijo claramente: « La única verdad son los bifes », así que habrá que vender el depto y mudarse. Es eso o mierda.
El deptito de Mamancio Lacorta no está mal: 44 metros cuadrados, pero bien distribuidos. Balconcito francés. Un poco de humedad en una esquina del techo, pero nada grave. El problema son las cucarachas. El barrio es tranquilo, enfrente un lindo boliche de cumbia anima la cuadra por las noches; sólo es cuestión de tener cuidado al volver tarde y no olvidarse el chumbo.
El de la inmobiliaria le explica que la dueña era una buena mujer que un día empezó a tener síntomas de una ligera confusión de ideas (puso media hoja de afeitar en el puré del sobrino, imitaba a Zully Moreno en pelotas en el palier, decía que era la reencarnación de Carlitos Scaziotta, etc.), los parientes buscan un lugar donde meterla, así que el depto estará desocupado en un par de meses.
Mientras tanto, para la venta del suyo Terencio encuentra un comprador que está muy apurado:
- Me lo vende y lo desocupa ya por esta guita. Eso o nada.
Terencio acepta.
- ¿Y entretanto a dónde vamos a ir, abombado mental? ¿A un caño?
- ¡A lo de mi vieja vamos a ir! ¡Es un mes y pico nomás!
- ¡No hay lugar ahí! ¡Además queda en el culo del mundo! ¡No vas a poder ir a trabajar! ¡A tu vieja no me la banco! ¡Sos un forro! ¡Me duele la cabeza! ¡Estoy harta! ¡No me banco! ¡No te banco! ¡Morite! ¡Muéranse todos!
En la semana Terencio va a una pensión cerca de su laburo. No es fácil. Los findes va a la casa de su madre, donde su mujer lo recibe con el esgunfie habitual desde que empezó toda la historieta. Instalada en el living, que está hecho un kilombo, se lleva con su madre como Tom se lleva con Jerry.
Todos los días la misma pregunta:
- ¿Cuándo mierda nos vamos de acá?
Terencio es un sargentino típico, sagaz, rápido. La supervivencia en Ciudad Crónica le ha enseñado a no perder oportunidades. Quizás por eso los habitantes de Ciudad Crónica se creen vivos por naturaleza, como un ratón se cree vivo porque ha atrapado el queso en una prueba de laboratorio. Terencio recibe la guita de la venta y ni bien la recibe compra billetes verdes del Gran Pais del Norte y los deposita en un placito fijo que abre en el banco: El Bank Of The Great Northern Country You Fucking Worm. A las ridículas tasas de interés de Sargentina, en dos meses la guita le dará un lindo interesito y hasta podrá hacerle un regalito sorpresa a…
- ¡Te pregunté que cuando mierda nos vamos a ir de acá! ¿Mestasescuchando?
Falta una semana.
En el trabajo, Terencio está casi feliz. Unos días nomás y se desocupa el depto. Por fin podrán salir adelante, la compraventa le va a dejar una diferencia, y quién te dice, con las extras podrá quizás hasta ahorrar un poco… y si la rema y zafa en la próxima reducción de personal, entonces se jubila Domínguez y quién te dice, hasta lo ascienden y por fin puede cambiar el auto… porque Terencio es un tipo que sueña en grande: cambiar el auto, un viajecito a Miami, a sentirse parte del Gran Mundo... ¡y hasta por ahí se cruza con Angelina Jolie! ¡Je! Mirá si se cruza con Angelina Jolie…¿qué me contursi? Así, de casualidad ¿no? ¿por qué no puede pasar, eh? ¿Por qué no? Y si le tira una frasecita… porque los argentinos para eso somos namberuán, jeje… ¡mandados a hacer somos! ¿Jauariú? ¿eh? ¿Jeje… qué tul? y por ahí mirá si la mina se da vuelta y le dice…
- Che, ¿te enteraste?
- ¿Eh?
- Se pudrió todo parece…
- ¿De qué?
- Los bancos…
- ¿Los bancos qué?
- No sé… parece que hay kilombo con los bancos…
En Sargentina hay una expresión muy popular que se denomina « Cara de Gil Afanado ». Es una mezcla de terror y toma de conciencia de ser precisamente, un Gil Afanado. Se puede poner en varias circunstancias: cuando en el subte nos damos cuenta de que no tenemos la guita en el bolsillo, cuando de pronto todo se viene abajo, las certezas, los sueños, todo a la mierda. Gil Afanado. Esa es la cara que pone Terencio precisamente ahora, obsérvenlo bien. Close up, por favor.
Amigos, estamos nuevamente en Ciudad Crónica, capital de la República Sargentina. Observemos el paisaje, parece sólo una gran ciudad más, algo gris, ruidosa. Las chicas bellísimas son tesoros prohibidos, los muchachos están locos. La ciudad es tal como la describió el escritor costumbrista sargentino, Francisco Cafca en su célebre novela El Proceso de Descomposición Nacional.
Pero… acerquémonos a ese hombre que espera el colectivo para ir a su casa. Ese hombre está preocupado, angustiado. Pero hace planes, la rema como buen sargentino. Sigámoslo.
Terencio Gomma entra a su depto, un típico depto decente y arregladito en el clasemediero barrio de Beautiful Grain. El barrio está cada día más devaluado, pero eso no importa, porque en Sargentina todo se devalúa todo el tiempo. Terencio Gomma y su mujer Celia Hill de Gomma se casaron hace unos años en la Iglesia de la Divina Pandorga. Tienen un pendejo. Son felices a pesar de los momentos jodidos.
- Hola mi amor, cuchicuchi. Te preparé la cena. Hay patys, hamburguesa o carne picada. ¿Qué querés bubunini? ¿Cómo está mi cuchucuchu?
Durante la comida ven TV. El Ministro de Finanzas y Tómbola de Sargentina, Mr. Sunday Horse lo dice claro: « Este es un país de Primer Nivel, señores. No queremos empresitas chicas de cuarta, ni banquitos de morondanga, queremos empresas de nombres lindos como Hypermarket Suckmyass, o General Investments Jerkoff. ¡Acá se acabó el almacén de Don Tito, señores!».
Zapping.
Aparece el conocido comunicador social Bernardino Guebels:
- Estamos mal, pero vamos bien. Ahora lo que hace falta es sacarnos de encima a los negros de mier…
Zapping.
Aparece Mariano Granadina, atildado analista político multiuso, que es tan inteligente que hasta usa anteojos:
- Porque el país, señora, es como un árbol, y si el árbol se cae, entonces…
Zapping.
Una ex vedette que se postula para emperatriz de una provincia se confiesa en un reality show:
- Y si ¿vistes?, voy a cojer con un mandril ante cámaras. Y lo hago porque yo soy una diosa total y al que no le guste que me la chupe bien chup…
Zapping.
Un conocido investigador de OVNIS y fenómenos paranormales se interna en una villa miseria de Lanús.
- …y según los testimonios, aquí, en esta casa, viviría el Niño Hiena...
Zapping.
Zapping.
A los postres, Terencio y su mujer conversan.
- A mí me parece que el país va bien, por lo menos tango el laburo.
- Y claro cuchicú. Fijate que nosotros tenemos todo esto, somos clase media, tenemos el autito. No somos negros de mierda. Vos sos importante cuchicú. Sos contador. Además sos mi cuchicú.
- Claaaro, exacto. Acá la cosa es con los grones, esos la van a tener que pelear mal. Nosotros estamos a salvo, querida, nosotros pertenecemos. Cómo vas a comparar a uno de esos negrochos a una persona con estudios, con buen trato, con corbata… Las diferencias siempre van a existir, pobres hubo siempre, pero con nosotros no se van a meter.
- Además tenemos la video, no te olvides cuchicuchu, y tampoco te olvides de que sos mi nunununo puchununu!
- Acá no queda otra salida: hay que laburar. Con huelgas y protestas no vamos a ninguna parte. Hay que LA-BU-RAR.
- También tenemos la multiprocesadora. Qué inteligente que sos, cuchititititu, mi pununo nununú!!
- Mano dura. Ramal que para, ramal que cierra, privatización, meta palo. Y si protestan, con un caño, ¡ahí firme! Así vamos a salir adelante.
- ¡Además tenemos nuestro departamentito, amor! Terminamos de pagar la hipoteca y tenemos nuestro nidito que es nuestro y nadie nos lo puede quitar! Es mi nidito de amor para mí y mi cuchininu que…
- Bueno, mirá de eso te quería hablar…
- Si, mi cuchicuhininu lindu. Decime, bubi, punuchichititu…
Terencio suspira.
- Mira Celia, estuve haciendo cuentas y no hay caso. No llegamos. Este depto. tiene muchos gastos, mi vida, además la administración son unos ladrones, pagamos casi dos gambas de expensas… Y en la empresa ya empezaron con los recortes salariales, así que tendríamos que vender este depto. La verdad es que lo compramos un poco por encima de lo que podemos…
- No te digo que sos un pelotudo de mierda. Siempre lo dije. Me casé con un pelotudo de mierda. Siempre lo supe. Pero siempre ¿eh?
- Escuchame, yo hago lo que puedo, los números son así, además la cosa va a mejo…
- ¿Y a dónde pensas llevarme, si se puede saber?
- Bueno, vi uno en Avenida Mamancio Lacorta al 1000…
- ¿En esa grasada de barrio? ¡Nunca! ¿Mescuchastes? ¡¡Nunca!! ¡De acá no me sacás! ¡Me divorcio y me pagás este depto porque si no te persigo con el abogado hasta que no te quede ni un centavo! ¿Mentendistes bien? ¡Ni-un-cen-ta-vo!
Como imaginan amigos, convencer a su mujer es la parte más difícil para Terencio. Pero… un viejo líder político, el Coronel Juan Domingo Cangallo lo dijo claramente: « La única verdad son los bifes », así que habrá que vender el depto y mudarse. Es eso o mierda.
El deptito de Mamancio Lacorta no está mal: 44 metros cuadrados, pero bien distribuidos. Balconcito francés. Un poco de humedad en una esquina del techo, pero nada grave. El problema son las cucarachas. El barrio es tranquilo, enfrente un lindo boliche de cumbia anima la cuadra por las noches; sólo es cuestión de tener cuidado al volver tarde y no olvidarse el chumbo.
El de la inmobiliaria le explica que la dueña era una buena mujer que un día empezó a tener síntomas de una ligera confusión de ideas (puso media hoja de afeitar en el puré del sobrino, imitaba a Zully Moreno en pelotas en el palier, decía que era la reencarnación de Carlitos Scaziotta, etc.), los parientes buscan un lugar donde meterla, así que el depto estará desocupado en un par de meses.
Mientras tanto, para la venta del suyo Terencio encuentra un comprador que está muy apurado:
- Me lo vende y lo desocupa ya por esta guita. Eso o nada.
Terencio acepta.
- ¿Y entretanto a dónde vamos a ir, abombado mental? ¿A un caño?
- ¡A lo de mi vieja vamos a ir! ¡Es un mes y pico nomás!
- ¡No hay lugar ahí! ¡Además queda en el culo del mundo! ¡No vas a poder ir a trabajar! ¡A tu vieja no me la banco! ¡Sos un forro! ¡Me duele la cabeza! ¡Estoy harta! ¡No me banco! ¡No te banco! ¡Morite! ¡Muéranse todos!
En la semana Terencio va a una pensión cerca de su laburo. No es fácil. Los findes va a la casa de su madre, donde su mujer lo recibe con el esgunfie habitual desde que empezó toda la historieta. Instalada en el living, que está hecho un kilombo, se lleva con su madre como Tom se lleva con Jerry.
Todos los días la misma pregunta:
- ¿Cuándo mierda nos vamos de acá?
Terencio es un sargentino típico, sagaz, rápido. La supervivencia en Ciudad Crónica le ha enseñado a no perder oportunidades. Quizás por eso los habitantes de Ciudad Crónica se creen vivos por naturaleza, como un ratón se cree vivo porque ha atrapado el queso en una prueba de laboratorio. Terencio recibe la guita de la venta y ni bien la recibe compra billetes verdes del Gran Pais del Norte y los deposita en un placito fijo que abre en el banco: El Bank Of The Great Northern Country You Fucking Worm. A las ridículas tasas de interés de Sargentina, en dos meses la guita le dará un lindo interesito y hasta podrá hacerle un regalito sorpresa a…
- ¡Te pregunté que cuando mierda nos vamos a ir de acá! ¿Mestasescuchando?
Falta una semana.
En el trabajo, Terencio está casi feliz. Unos días nomás y se desocupa el depto. Por fin podrán salir adelante, la compraventa le va a dejar una diferencia, y quién te dice, con las extras podrá quizás hasta ahorrar un poco… y si la rema y zafa en la próxima reducción de personal, entonces se jubila Domínguez y quién te dice, hasta lo ascienden y por fin puede cambiar el auto… porque Terencio es un tipo que sueña en grande: cambiar el auto, un viajecito a Miami, a sentirse parte del Gran Mundo... ¡y hasta por ahí se cruza con Angelina Jolie! ¡Je! Mirá si se cruza con Angelina Jolie…¿qué me contursi? Así, de casualidad ¿no? ¿por qué no puede pasar, eh? ¿Por qué no? Y si le tira una frasecita… porque los argentinos para eso somos namberuán, jeje… ¡mandados a hacer somos! ¿Jauariú? ¿eh? ¿Jeje… qué tul? y por ahí mirá si la mina se da vuelta y le dice…
- Che, ¿te enteraste?
- ¿Eh?
- Se pudrió todo parece…
- ¿De qué?
- Los bancos…
- ¿Los bancos qué?
- No sé… parece que hay kilombo con los bancos…
En Sargentina hay una expresión muy popular que se denomina « Cara de Gil Afanado ». Es una mezcla de terror y toma de conciencia de ser precisamente, un Gil Afanado. Se puede poner en varias circunstancias: cuando en el subte nos damos cuenta de que no tenemos la guita en el bolsillo, cuando de pronto todo se viene abajo, las certezas, los sueños, todo a la mierda. Gil Afanado. Esa es la cara que pone Terencio precisamente ahora, obsérvenlo bien. Close up, por favor.
- Pep… peroooo… cuchame… qué pasa ???
- No sé, no sé… los bancos parece que…
Enseguida la multitud de rumores sargentinos… la fantástica invención sargentina hace que el rumor no tenga límites entre la esperanza y la catástrofe:
- Dicen que por 90 días…
- …que el ministro de economía garantizó…
- ¿No se puede retirar más de 200 pesos?
- Son 500 dijeron… 500 pesos oí yo en la radio...
- No sé, dicen…
- …no están devolviendo los depósitos…
- ¿Y los verdes?
- El gobierno del Gran País del Norte va a financiar una recuperación, van a ver…
- …van a mandar una task force de marines que va a desembarcar en el microcentro para mantener el orden…
- ¡Esto es temporario, señores!
- …pero no pueden hacer esto…
- Ya van a ver, todo se va a arreglar…
- Lo importante es tener la cabeza fría.
- Chau.
- Cagamos la fruta.
- Me quiero morir.
Su mujer no sabe que puso la guita en un banco. Terencio sale disparado, corre, se lleva por delante un dispenser. Baja a la calle y ve la escena tan temida: el apretujado grupo de ahorristas frente a la puerta de los bancos.
Ese utilísimo y vasto sector de la población sargentina comúnmente conocido como La Gilada es estudiado por los científicos de todo el mundo debido a su comportamiento al mismo tiempo insólito y previsible. Siempre últimos, tarde y mal. Los que están en la pomada ya sacaron todo lo que tenían que sacar y lo ven por TV desde Aruba, muertos de risa.
Enseguida, la horda de analistas, en la TV y en cada esquina. Cada sargentino es político, economista, director técnico y dictador vitalicio. La colección de reflexiones es valiosísima por su lucidez y sentido de la realidad:
- Hay que tener fe en el país, señores.
- Si los argentinos tiráramos todos para adelante…
- ¡Claro! Ese es nuestro problema Mariano, que no tiramos todos juntos para el mismo lado…
- …es el último esfuerzo…
- …así se hicieron grandes los países como Japón…
- ¡Y claro! ¡Allá hacen huelga trabajando más!
- ¿Por qué no hacemos lo mismo digo yo?
- Y… es que somos un país latino…
- …porque acá no se respeta la ley, señor…
- Mirá, en realidad es mejor, así todo el mundo va a usar tarjeta de débito.
- Se moderniza el país…
- No son los bancos, ¡los bancos no tienen nada que ver! Es el gobierno que no los deja… ¡si ellos quieren devolver todo!
- En realidad no es una confiscación sino una retención forzada, ecir: es una cuasi retención compulsiva de capitales particulares que…
- Es entendible, porque hay que preservar el sistema financiero, ¿tendés?
- En realidad es más psicológico que otra cosa...
- ¿Y si me quiero comprar un auto?
- ¿Y si quiero viajar a Brasil?
- Chau.
- Cagamos la fruta.
- Me quiero morir.
Su mujer no sabe que puso la guita en un banco. Terencio sale disparado, corre, se lleva por delante un dispenser. Baja a la calle y ve la escena tan temida: el apretujado grupo de ahorristas frente a la puerta de los bancos.
Ese utilísimo y vasto sector de la población sargentina comúnmente conocido como La Gilada es estudiado por los científicos de todo el mundo debido a su comportamiento al mismo tiempo insólito y previsible. Siempre últimos, tarde y mal. Los que están en la pomada ya sacaron todo lo que tenían que sacar y lo ven por TV desde Aruba, muertos de risa.
Enseguida, la horda de analistas, en la TV y en cada esquina. Cada sargentino es político, economista, director técnico y dictador vitalicio. La colección de reflexiones es valiosísima por su lucidez y sentido de la realidad:
- Hay que tener fe en el país, señores.
- Si los argentinos tiráramos todos para adelante…
- ¡Claro! Ese es nuestro problema Mariano, que no tiramos todos juntos para el mismo lado…
- …es el último esfuerzo…
- …así se hicieron grandes los países como Japón…
- ¡Y claro! ¡Allá hacen huelga trabajando más!
- ¿Por qué no hacemos lo mismo digo yo?
- Y… es que somos un país latino…
- …porque acá no se respeta la ley, señor…
- Mirá, en realidad es mejor, así todo el mundo va a usar tarjeta de débito.
- Se moderniza el país…
- No son los bancos, ¡los bancos no tienen nada que ver! Es el gobierno que no los deja… ¡si ellos quieren devolver todo!
- En realidad no es una confiscación sino una retención forzada, ecir: es una cuasi retención compulsiva de capitales particulares que…
- Es entendible, porque hay que preservar el sistema financiero, ¿tendés?
- En realidad es más psicológico que otra cosa...
- ¿Y si me quiero comprar un auto?
- ¿Y si quiero viajar a Brasil?
- ¿Y si me pego un tiro en el orto?
No hay mucha diferencia entre lo que se dice en la TV y lo que se dice en la calle. Todos hablan, nadie entiende ni aclara un pomo.
Terencio suda a mares. Le tiembla el labio inferior, tiene la mirada perdida. La única frase en su cerebro es « No puede ser ». Y la repite mentalmente: « No puede ser » « No puede ser » « No puede ser ». Pregunta a una persona, a dos, a tres. Nadie caza una, y los pocos que le hablan con seguridad peor, le mandan cualquier delirio:
- Posta, mañana cambian el gabinete y asume Martín Karadagián. Van a hacer un rescate de los depósitos y los van a pasar a bonos en rupias mauritanas, y después de tres meses van a empezar a retirar los que tengan auto con matrícula impar y DNI expedido en provincia con…
Se siente perdido, se imagina yendo a ver personalmente al Presidente diciéndole:
No hay mucha diferencia entre lo que se dice en la TV y lo que se dice en la calle. Todos hablan, nadie entiende ni aclara un pomo.
Terencio suda a mares. Le tiembla el labio inferior, tiene la mirada perdida. La única frase en su cerebro es « No puede ser ». Y la repite mentalmente: « No puede ser » « No puede ser » « No puede ser ». Pregunta a una persona, a dos, a tres. Nadie caza una, y los pocos que le hablan con seguridad peor, le mandan cualquier delirio:
- Posta, mañana cambian el gabinete y asume Martín Karadagián. Van a hacer un rescate de los depósitos y los van a pasar a bonos en rupias mauritanas, y después de tres meses van a empezar a retirar los que tengan auto con matrícula impar y DNI expedido en provincia con…
Se siente perdido, se imagina yendo a ver personalmente al Presidente diciéndole:
- Oiga, Ud. no entiende, tienen que hacer una excepción conmigo… ¡No me pueden hacer esto! Mi mujer…
Trata de averiguar si su caso está contemplado. Trata de tranquilizarse leyéndose todo el Código Penal, el Civil, el Comercial, las leyes, los decretos y hasta el Código de Conviviencia. Trata de convencer a los demás para convencerse él mismo:
- ¡Pero no puede ser! ¡¡Hay una ley que dice que los depósitos son intangibles firmada por el Congreso de la Nación el Día del Payaso!! Es contra derecho, no pueden no devolverlos, hay un antecedente de que…
Y su interlocutor lo mira con cara de: « Estás en Sargentina, macho… bajá ».
Decírselo a la jermu. Ahí te quiero ver.
Ahí va el heroico Terencio, sargentino curtido. Va a la casa de la vieja. Su esposa, además de su característica ciclotimia, ya se encuentra más calmada porque está convencida de que el lunes se mudan, la pobre santa.
- Bueno, este es el último finde al menos.
- Ssssí, si…
- Mejor, porque la verdad no me banco más, así no se puede vivir.
Terencio prende la tele. El Ministro va a hablar. Todo el país está pegado al aparato. Terencio y todos esperan ansiosos una señal tranquilizadora. Casi tiene ganas de creerle al Ministro cuando dice que esto es para mejor, que hay fe, que seremos un país moderno lleno de tarjetitas electrónicas. Pero de devolver la guita, nones. Ni media palabra de cuándo, ni cómo.
Luego pasan una propaganda. Dan una nueva película. La heroína corre, salta, acaba con los malos, es dura, seductora, piola, está re fuerte y los mira de frente a la cámara, desde algún planeta. Se trata de Angelina Jolie.
Terencio tiene la garganta de cartón. Traga nada. La mira a su mujer:
- Eeehh… mi amor…
- ¡Ay, yo pensé lo mismo! ¿Vamos al cine mañana?
II - ¿Epílogo?
En realidad, amigos, esto no es el epílogo sino el comienzo. Aquí comienza el verdadero baile.
Pero mejor vamos a detenernos acá. Dejemos a Terencio que se las arregle como pueda, que es lo mismo que hicimos y hacemos todos, ¿no?
Además, esta historieta ya la conocemos.
1 Comments:
Si los sargentinos tiraran todos para adelante...
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