Fumar
Parte del espectáculo, decía Sartre.
Hábito. El Cohiba está ahí, veamos: sí.
Hay un tablero de ajedrez. ¿Juego una partida o fumo? Bien, es simple: necesito algo en lo que concentrar la mente, algo que me plantee una búsqueda más o menos compleja... para eso está el Cohiba: nada más difícil que desentrañarlo.
El ajedrez, por supuesto, es una mera distracción, algo sencillo, un acompañamiento. Mi rival cree que juego al ajedrez con él, pero yo sólo fumo.
Fumo. Humo. Ahí va.
Hábito. El Cohiba está ahí, veamos: sí.
Hay un tablero de ajedrez. ¿Juego una partida o fumo? Bien, es simple: necesito algo en lo que concentrar la mente, algo que me plantee una búsqueda más o menos compleja... para eso está el Cohiba: nada más difícil que desentrañarlo.
El ajedrez, por supuesto, es una mera distracción, algo sencillo, un acompañamiento. Mi rival cree que juego al ajedrez con él, pero yo sólo fumo.
Fumo. Humo. Ahí va.
3 Comments:
Realmente brillante su visión sobre el habito de fumar, me encanto, lo felicito. Claro que fumarse un Cohiba (en mi caso, no es cosa de todos los días, asi que cuando sucede, prefiero el whyski un buen sillón y la mente en blanco)
Saludos
sartre, tabaco, marxismo, ortodoxia intolerante... aplausos, aplausos,aplausos, aplausos,aplausos, aplausos,aplausos, aplausos y aplausos!!!!
Tuve el lujo de probar un Cohiba en la ciudad de Buenos Aires.
Hablando mucho de lujos pero en realidad debería redefinir: Aprendí lo que es darse un lujo.
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