Contrapología
La lluvia, el sol.
Como todos sabemos, la lluvia y el sol caen sobre todos nosotros. No importa lo que seamos, lo que hagamos o hayamos hecho o haremos. La lluvia nos moja a todos por igual, el sol se derrama sobre todos por igual.
Sobre todos: los buenos, los malos, los mediocres, los ansiosos, los neuróticos, los nobles y los ventrílocuos. La lluvia toma desprevenido a ese mendigo, a ese ejecutivo, a ese suicida, a ese sabio entre los sabios. El sol nos calienta, su luz dorada, su calor cae como plomo en el verano, sobre todos por igual. El sol nos contempla y no importa si somos ese vendedor de merca, esa señora estreñida, esa hormiga roja. No importa. Igualdad. Ecuanimidad.
Ahora que lo pienso, ante la lluvia el mendigo no tiene dónde meterse, y el ejecutivo se refugia en el five stars, pero eso no importa porque precisamente el sol y la lluvia nada saben. Esas son otras humanas historias de las que la naturaleza nada sabe. El sol y la lluvia no entienden de diferencias ni de desgracias ni de nuestras terrenales pretensiones, sinsabores y aventuras.
La lluvia, el sol.
Imbéciles.
Como todos sabemos, la lluvia y el sol caen sobre todos nosotros. No importa lo que seamos, lo que hagamos o hayamos hecho o haremos. La lluvia nos moja a todos por igual, el sol se derrama sobre todos por igual.
Sobre todos: los buenos, los malos, los mediocres, los ansiosos, los neuróticos, los nobles y los ventrílocuos. La lluvia toma desprevenido a ese mendigo, a ese ejecutivo, a ese suicida, a ese sabio entre los sabios. El sol nos calienta, su luz dorada, su calor cae como plomo en el verano, sobre todos por igual. El sol nos contempla y no importa si somos ese vendedor de merca, esa señora estreñida, esa hormiga roja. No importa. Igualdad. Ecuanimidad.
Ahora que lo pienso, ante la lluvia el mendigo no tiene dónde meterse, y el ejecutivo se refugia en el five stars, pero eso no importa porque precisamente el sol y la lluvia nada saben. Esas son otras humanas historias de las que la naturaleza nada sabe. El sol y la lluvia no entienden de diferencias ni de desgracias ni de nuestras terrenales pretensiones, sinsabores y aventuras.
La lluvia, el sol.
Imbéciles.
posted by Jack Celliers at 2:07 p.m.
8 Comments:
Prefiero el sol a la lluvia. La lluvia me pone triste :(
Besos!
Atención politicos del mundo: ya hemos encontrado una nueva excusa para que justifiquen sus procederes haciendo caso omiso de los sinsabores que padece la sociedad...
Culpen al clima!!
Celliersssssss, deje de invocar a la lluvia. Ud. no tiene idea del granizo o lo que sea que fue lo que cayó acá el miércoles. Casi quedamos todos apedreados. Fue algo jamás visto en la ciudad. Hombreee, llame al sol por fi!! No sabe el terror que pasé.
Me contaron, me contaron... pero no puedo ser yo el que invoque nada. Estoy mas bien lejos. Desde Bucarest no creo que pueda influir en el cliema de alla ¿Ud. cree?
Mr. Celliers, Ud. está muy pessoano, felicitaciones.
Celliers, donde se ha metido ?? Se extrañan sus letras aunque no lo parezca. Salud !
Sin embargo, yo, siempre preferiré un día otoñal, un chubasquero y un paseo por el mar.
El sól, sólo cuando se pone o se va.
Saludos marxistas
Se olvida de la luna, caballero.
También cae sobre todos, siendo espectadora de la noche, noches en las que se cometieron los crímenes más atroces.
La luna es testigo ocular de cosas que el sol desconozco.
La luna, mi dama, nada imbécil debo decir, sencillamente una dama silenciosa.
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