A ver si nos entendemos

Quiero ser inmortal.

Y no me hablen del Paraíso, el Infierno o las vidas próximas. No me vengan con esas estupideces. Lo que yo quiero es vivir así y acá. Con este mundo tengo bastante. Amo este mundo.

Me quiero quedar acá, ¿me entienden? Acá. No me vengan con el alma, ni el espíritu, ni la transmigración, ni la reencarnación, ni esos juguetitos ineptos. Quiero este cuerpo y este lugar. Me revienta que me saquen a la fuerza.

Éramos apenas un proyecto, seremos apenas un recuerdo. La vida es el pasaje entre dos ilusiones. Tiene algo de mágico, sí. De raro. De terrible.

¿Saben qué? Estoy harto. Harto.

Soy un amateur de la vida, que es la única forma de ser un buen profesional. Como buen profesional exijo seriedad. Y esto no es serio, señores. No es serio.

Fumar

Parte del espectáculo, decía Sartre.

Hábito. El Cohiba está ahí, veamos: sí.

Hay un tablero de ajedrez. ¿Juego una partida o fumo? Bien, es simple: necesito algo en lo que concentrar la mente, algo que me plantee una búsqueda más o menos compleja... para eso está el Cohiba: nada más difícil que desentrañarlo.

El ajedrez, por supuesto, es una mera distracción, algo sencillo, un acompañamiento. Mi rival cree que juego al ajedrez con él, pero yo sólo fumo.

Fumo. Humo. Ahí va.